En torno a las bodas circulan muchas leyendas que hasta las menos supersticiosas suelen tener en cuenta el día de su boda. La mayoría de ellas tienen su origen en épocas antiguas, pero en la actualidad se siguen siguiendo una serie de rituales para ahuyentar los malos augurios o para buscar la prosperidad y felicidad en el matrimonio. Hoy te contamos alguna de estas tradiciones o supersticiones.
Algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul.
Puede que sea de las costumbres más extendidas y conocidas entre las Novias, y que prácticamente todas procuran cumplir. Algo nuevo simboliza la prosperidad, esperanza, felicidad e ilusión por lo que vendrá. El vestido o la ropa interior suele ser lo nuevo. Algo viejo representa el pasado, los lazos familiares que la acompañaran y protegerán. Una forma de llevar algo viejo puede ser una joya familiar con cierto significado. Algo prestado traerá la buena suerte que se traspasará de una persona a otra. Antiguamente el algo prestado era algo que otra mujer había llevado el día de su boda. Algo azul simboliza la felicidad y el amor. El azul suele llevarse en la liga o los zapatos.

Verse antes de la boda.
Se cree que el origen de esta superstición viene de los matrimonios que antiguamente se realizaban por conveniencia. La familia de la Novia intentaba evitar que su futuro esposo la viera antes del enlace, buscando que este no se arrepintiera. Hoy en día se sigue realizando este rito, pero más que nada para generar una mayor expectativa, que incrementa la sorpresa y la emoción del instante en que los novios “se ven” por primera vez vestidos para la ocasión.
La “maldición” de las perlas.
La creencia viene de la antigua Roma, pues aunque eran un símbolo de alto estatus económico, las vinculaban con las lágrimas de un ángel y decían que esto llenaría de llanto tu matrimonio. En cambio, los griegos tenían una creencia totalmente diferente, ya que decían que el mineral era básico en las bodas y lo vinculaban con amor, buenas vibraciones y un matrimonio feliz. Hoy en día y dejando atrás dicha maldición, las perlas es un complemento ideal. Se adueñan de pendientes, colgantes y anillos aportando al estilismo un guiño clásico y romántico.

Llevar huevos a las Clarisas para evitar que llueva.
Cada vez son menos los que siguen esta tradición, ya que controlar la meteorología se antoja imposible. Santa Clara es protectora de la paz en el matrimonio y se relaciona con el buen tiempo, ya que si le llevas una docena de huevos (o más) a las monjas Clarisas antes de tu boda, les indicas en una nota el nombre de los novios, la fecha y la hora de la ceremonia, ellas rezaran por vosotros, y se dice que evitaréis la lluvia. Las monjas utilizarán los huevos para preparar dulces.
Pero como la meteorología es caprichosa, tienes que estar preparada por si ocurre lo contrario. Además, el refrán afirma que “Novia mojada, Novia afortunada”.
Coser una moneda en el dobladillo del vestido de la Novia.
Se dice que si se cose una moneda en el interior del dobladillo del vestido de la Novia, traerá prosperidad económica al matrimonio. La experiencia que tenemos sobre este mito es que las Novias actuales o lo desconocen o no le dan importancia, ya que nadie nos pide que realicemos dicha tarea.
Tirar arroz a los novios a la salida de la ceremonia.
Este gesto proveniente de Oriente y simboliza la abundancia, fertilidad y prosperidad en el nuevo matrimonio. Hoy en día en las bodas se utilizan pétalos, flores secas, pompas de jabón, lavanda, hojas de olivo,…

El uso del velo.
Como ya os hemos contado con anterioridad en nuestro blog — ¿Velo si, Velo no? —, se creía que el día de la boda las Novias estaban desprotegidas y vulnerables ante los malos espíritus y el mal de ojo de las mujeres celosas, de ahí que utilizaran un velo colocado en la cabeza y que cae hasta los pies con la finalidad de que estuvieran totalmente cuidadas hasta llegar ante su futuro marido. Hoy en día se ha convertido en un complemento más de el look de la Novia, principalmente en bodas religiosas.
Las alianzas nupciales.
Esta tradición posiblemente sea la más arraigada y extendida. El intercambio de anillos en una boda se lleva a cabo desde antes del cristianismo. Por ejemplo: en la época romana los hombres llevaban un anillo con el sello de la familia y sellaban con él sus cartas y documentos. A la hora de contraer nupcias, el hombre entregaba un anillo similar a su mujer, simbolizando de esta manera la confianza que depositaba en su esposa. A partir de ese momento era ella la encargada de la custodia del menaje y alimentos familiares y era ella quien debía sellar arcones, cajones y resto de mobiliario para evitar los robos.
En la actualidad, los anillos o alianzas nupciales son símbolo de unión, amor y fidelidad que se dedican mutuamente los novios. En realidad puede celebrarse un matrimonio sin los anillos, pero lo cierto es que nadie prescinde de ellos, hasta el punto que se dice que “no hay boda sin anillos”.

Existen muchas más tradiciones o supersticiones, pero estas son las más conocidas en las bodas españolas. Y aunque la mayoría niega ser supersticioso, es cierto que casi todas las Novias cumple con alguna tradición.
Foto de cabecera: Teksomolika