Elegir bien un vestido de Invitada puede ser complicado, ya que queremos sentirnos guapas, elegantes y por supuesto, a la moda. Año tras año hay clásicos que nunca defraudan, apostar sobre seguro con cortes sobrios y colores discretos como el azul klein, el rosa empolvado, el verde agua, etc., pero si queremos arriesgar y guiarnos por las tendencias podemos decantarnos por un verde acido, un amarillo o un rosa chicle; un buen diseño en tejidos fluidos, como un crepe ligero, un satén para darle un poco de brillo o una gasa de seda y estarás lista para triunfar esta primavera-verano. Y de cara al otoño, mejor nos decantamos por colores neutros como el gris o el beige con diseños más arriesgados, y estampados que integren alguna pincelada en tonos más fuertes, como el naranja o el buganvilla para poner color al otoño. Pero no podemos olvidarnos del eterno rojo, tan arriesgado como elegante, una apuesta segura para dar un plus a un corte sencillo como a un diseño más trabajado.
Protocolo de Invitada
El largo del vestido para una invitada es muchas veces un tema controvertido. Si no eres Madrina o Madre del Novio o Novia, debes ir de corto. ¿Cuanto de corto? Dependerá del tipo de boda. No es lo mismo una boda de mañana, que de tarde o civil o religiosa. Si la boda es religiosa conviene que el vestido cubra al menos la rodilla, en cambio si es civil puedes acortar la falda, pero tampoco demasiado. Para la tarde-noche es más apropiado un largo midi o el largo maxi o tobillero. Este último también es apropiado por la mañana siempre que la tela sea fluida y la boda sea en la playa o en un ambiente rural.
Los escotes son otro gran motivo de debate, y es que aunque nos gusten muy pronunciados no son muy propios de bodas religiosas, a menos que te cubras con alguna chaqueta o chal durante la ceremonia. Los grandes escotes son más apropiados para la noche o para bodas menos formales.
Y ahora que ya tienes tu vestido, elige bien los complementos. En el pelo ponte algo si es que crees que debes llevarlo. Siempre acorde al resto de tu look. Sombrero o pamela solo por el día, combinando vestidos sencillos con grandes o llamativos tocados o pamelas, y más discreto cuando el vestido es el protagonista. Pero si solo quieres dar un toque elegante a tu peinado unas horquillas con motivos en metal o una bonita diadema, dará un toque elegante a tu conjunto sin llamar demasiado la atención.
No podemos olvidarnos de los zapatos, que al igual que el resto de los complementos deben ir en consonancia con el resto de prendas elegidas. Una apuesta segura es un salón con un tacón de tamaño medio, ancho y sobre todo cómodo, ya que las horas son muy largas cuando te duelen los pies.
Y nos queda el bolso. Aquí puedes arriesgar puesto que suelen ser pequeños. El que sea de colores vivos hará que se equilibre el look y el resultado sea perfecto. Y si quieres ir sobre seguro, siempre puedes llevar un cluch en cristal o metalizado. El oro rosa es perfecto para casi cualquier ocasión.